
miércoles 24 septiembre 2014 |
Ya estamos impacientes por iniciar la campaña de trufa negra. Los meses de septiembre y octubre son clave para el final del desarrollo y crecimiento de las trufas gracias a la lluvias otoñales. La trufa tiene ahora un tamaño entre una canica y una bola de ping-pong. Y ya comienza a tener ese aroma inconfundible y maravilloso. Su peridio o parte externa todavía no tiene ese negro azabache que marca la madurez y presenta ahora coloraciones rojas. La gleba o parte interna, todavía está inmadura y aunque son visibles las venas (color blanco), la ascas (zona de acumulación de las esporas) son todavía de color avainillado. Esto último es muy importante, la madurez de la trufa, a parte del aroma, la marca la coloración negro azabache de sus ascas. El pasado fin de semana estuvimos recolectando las primeras trufas para ver su desarrollo y comprobar la calidad que van teniendo. Estas primeras trufas aparecen en la parte más alta del suelo, a 5 cm de profundidad, y protegidas muchas veces solo por la hojarasca y materia orgánica en descomposición.
Su nombre común es el de “chapas“.
Trufapasion. |
